La herencia de los ancestros: para qué está programado nuestro cerebro.

¿Cómo puedo programar mi cerebro? La evolución ha recorrido un largo camino. La humanidad tiene un enorme bagaje cultural, pero nuestra apariencia no ha sufrido cambios significativos, si hablamos de los primeros representantes del Homo erectus. El cerebro tampoco cambió dramáticamente. Vivimos en el mundo moderno, vamos a trabajar, vivimos en la vida cultural. Pero, ¿cuáles rarezas en nuestro comportamiento hoy en día los científicos explican con el peculiar legado de sus antepasados? Vamos a tratar de resolverlo.

Disposición a comer en exceso

Nuestros antepasados ​​constantemente tenían que buscar comida. Por eso, podemos decir que la mayoría de las veces el cerebro se desarrolló en condiciones difíciles, cuando faltaba constantemente alimento. Hace muchos siglos, si nuestros antepasados ​​tenían la oportunidad de comer, comían todo lo que podían inmediatamente.

Visitas al frigorífico

Llegó, abrió, miró, cerró. ¿Familiar, no? Este comportamiento puede explicarse sobre la base de la lógica elemental. Todo va de la gente antigua. El cerebro simplemente no puede aceptar el hecho de que tenemos alimentos de libre acceso y busca obtener esta información después de verla. Nuestra conciencia solo necesita asegurarse de que todo esté en orden y el mañana realmente será algo para comer.

Amor por los alimentos altos en carbohidratos

Nuestras papilas gustativas se formaron hace mucho tiempo, cuando no sabían cómo cultivar las plantas. En aquellos días, los alimentos ricos en carbohidratos tenían un sabor dulce. Y plantas (útiles) que aún no han sido cultivadas eran amargas.

Disposición a estar alerta

Anteriormente, las tensiones eran de corta duración. Me escapé del león: eso es todo, el peligro ha terminado, no hay necesidad de estar nervioso. En la antigüedad, el estrés era necesario, porque en ese momento el cortisol y la adrenalina se liberaban en la sangre. Pupilas dilatadas, tensión aumentada, atención aumentada. Luego sirvió como una función protectora del cuerpo: en el momento del peligro, se necesitaba una reacción extremadamente rápida.

 

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